Para que tu baño sea un lugar agradable y sin malos olores, necesitas un sifón, un drenaje que se instalada en todas las tuberías de desagüe para impedir la entrada de malos olores. En el lavabo o el fregadero de la cocina, los sifones hacen que el agua se vaya rápidamente por el desagüe e impiden el paso de olores desagradables. ¿Quieres saber cuáles son los tipos de sifones habituales, y cómo se montan y limpian? Existen distintos sistemas. Y si quieres ir con las tendencias actuales, tienes a tu disposición nuestros sifones de diseño.
Tenemos modelos innovadores para lavabos con o sin rebosadero. Además, te ofrecemos sifones ahorradores de espacio, muy convenientes en combinación con nuestros muebles de baño, porque con ellos no hace falta recortar los cajones superiores y por lo tanto puedes aprovechar toda su capacidad.
La parte del desagüe que queda por encima del sifón suele abrirse y cerrarse con una varilla sujeta a la grifería de lavabo. En variantes que no cuentan con esta varilla, se recomienda una llave de paso Push-Open de control intuitivo: solo tienes que pulsar para abrir o cerrar el desagüe.
El sifón de bloqueo antiolores también es un elemento indispensable en los fregaderos de cocina de hansgrohe, sean simples o de cubeta doble. Conviene saber que como las griferías de cocina no tienen varilla, el fregadero necesita un set propio de vaciador y rebosadero.
Diseño discreto, función impecable: esto es lo que esperan los consumidores de un sistema de desagüe concebido para evacuar el agua instantáneamente, sea tras lavarse las manos, bañarse o ducharse, o después de usar el inodoro o el bidé. El sifón es un drenaje integrado en el sistema de desagüe que impide el paso de malos olores. La configuración del llamado «sello hidráulico» depende del punto en el que se encuentre instalado el sifón. Pero primero estudiemos detenidamente cómo funciona el sifón.
El bloqueo antiolores despliega su efecto por debajo de la superficie, oculto a la vista. Siempre funciona de la misma manera: el sifón acumula una cierta cantidad de agua en su interior que sirve para «sellar» la tubería de desagüe de manera que no puedan subir gases del alcantarillado, que supondrían una molestia insufrible en tu vivienda. En cuanto abres el grifo, el agua que había en el sifón se renueva. Esto significa que los sifones se van limpiando por sí solos cuando corre el agua.
Conclusión: en tu baño necesitas sifones de calidad que cumplan su función de neutralizar los olores de forma fiable y duradera; no importa por qué variante te decantes.
¿Qué clases de bloqueos antiolores se suelen instalar en los hogares particulares?
Otra clasificación: en el ámbito de la fontanería se distingue también entre «sifón empotrado» y «sifón visto».
Aunque el sifón sea un componente técnico indispensable en toda instalación sanitaria, eso no significa que no se pueda diseñar de forma atractiva. Mientras que los sifones de fregaderos de cocina, duchas o bañeras no suelen quedar a la vista, los sifones de lavabo sí ocupan un espacio visible dentro del baño. Para asegurarte de que encaje bien en el interiorismo de tu baño, te recomendamos adquirir un sifón de diseño. Además de los sifones estándar, hansgrohe te ofrece modelos de diseño como el Flowstar, productos de bella configuración que potencian el atractivo de tu lavabo.
Conclusión: es posible incorporar sifones bonitos y bien conjuntados con el ambiente moderno de tu baño. Los sifones de diseño mantienen su atractivo durante mucho tiempo, porque están fabricados con materiales resistentes y refinados con un acabado cromado. Además, son muy fáciles de instalar y de limpiar.
Los sifones de lavabo habituales en el mercado se pueden montar con facilidad sin necesidad de recurrir a un profesional. En la mayoría de los modelos, ni siquiera se necesitan herramientas. Consejo: cuando desenrosques el sifón anterior, pon un recipiente debajo para recoger el agua que salga. A continuación conecta el sifón nuevo para empalmar el lavabo con la tubería de desagüe. Al hacerlo, presta gran atención a colocar correctamente las juntas de goma. Para verificar si has instalado bien el sifón, cierra el tapón de desagüe, llena el lavabo de agua y déjala salir de repente. Si no hay fugas de agua, es que está todo bien. Si el sifón pierde agua, tienes que buscar la causa. Quizá no lo hayas enroscado con suficiente fuerza. Lo mejor es repasar el montaje paso por paso.
Si percibes un olor desagradable en el baño o en la cocina, es posible que haga demasiado tiempo que no ha pasado agua limpia por el tubo de desagüe. En este caso, deja abierta un rato la grifería del lavabo; de este modo se renovará el agua que estaba estancada en el sifón, y el molesto olor desaparecerá por sí solo. Si no es así y además notas que el agua no se evacua con la rapidez habitual, es que el tubo está atascado porque se han acumulado cabellos. Si no logras solucionarlo con líquido desatascador, coca-cola, bicarbonato o demás productos caseros, no te queda más remedio que desenroscar el sifón, desmontarlo y limpiarlo. En el caso del lavabo, el bidé y el fregadero de la cocina, es muy fácil:
Por cierto: si el sifón tiene juntas porosas o que ya no cierran herméticamente, habrá fugas de agua. En tal caso, sustituye las juntas deterioradas. Encontrarás juntas y otras piezas de repuesto para tu instalación sanitaria en el catálogo de recambios de hansgrohe.